Llegaste a mi vida por casualidad, por una unión de casualidades que acabaron contigo en casa. Tenías que estar de acogida sólo una semana, pero te quedaste para siempre.
Llevabas 2 años en la protectora, de casa de acogida en casa de acogida, pero nadie te adoptaba. Nadie quería una perra enferma de leishmania. No sabían lo que se perdían, no sabían lo que estaban dejando escapar, no lo supieron nunca.
Yo sabía que estabas enferma, muy enferma, sólo quería que te recuperases y luego pudieras ser adoptada. Sólo quería acogerte hasta que estuvieras bien, pero me robaste el corazón y dejaste de ser una perra enferma para ser mi princesa Roxy.
Te adoptaría otra vez, te adoptaría hoy mismo, mañana y todos los días de mi vida. No me arrepiento de nada, tan sólo de que no llegases antes a mi vida. Has pasado cuatro años y medio con nosotros, pero a mí me ha parecido tan sólo un suspiro. Siempre supe que te irías antes de tiempo, pero no pensé que sería tan pronto.
Me quedo con el corazón hecho añicos pero con la satisfacción de haberte conocido, de haberte cuidado, haberte mimado y haberte dado todo el amor que un día te negaron. Espero haberte dado todo lo que tu merecías, espero haberte hecho todo lo feliz que te merecías. Te quiero mi pequeña princesa, no voy a olvidarte nunca, ya formas parte de mi vida.
Gracias por dejarte adoptar por mi, gracias por adoptarme a mi, gracias por haber existido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario